domingo, 23 de noviembre de 2008

¡Es una fies... es una fies...es una fiesta!


Hay un capítulo de Spaced, el 1.06, en el que los protagonistas se van a una rave. Parte del capítulo está grabado con ese estilo que caracterizaban a las apariciones del Neng en Buenafuente, zooms exagerados, desenfreno y chunta chunta a saco (de hecho me pregunto si el Neng en sí mismo no es un homenaje a ese capítulo y al personaje de Tyres).
Bueno, pues así nos sentíamos ayer por la mañana.
Despertar un sábado a las 8 menos algo de la mañana, con tus vecinos de abajo recién llegados de fiesta, poniendo música chunda chunda, no es la forma más bonita de empezar el fin de semana. De hecho, puede ponerte de una mala hostia que dure tooooodo el día (y así fue). Qué enegía, qué voces, qué poder emanaba de esa casa llena de jóvenes en estados alterados, qué tranquilas quedaron sus madres cuando se fueron de casa.
¿Y qué ibas a hacer?. A partir de esa hora ya es legal meter jaleo, ¿no?.
Y vaya si lo metieron.
Cuando salimos de casa, a eso de las 12, ya íbamos de los nervios. Y a pesar de estar justo al lado de una plaza muy transitada, nos parecía, por contraste, silencioso. Nunca había agradecido tanto salir a la calle en Madrid. Qué silenciosos parecen los coches después de un buen chun-chun-chun acompañando a tu desayuno.
Cuando regresamos sobre las 4 de la tarde estaba todo en silencio, por fin, las bestias se habían dormido o se les había acabado las drogas.
Ya estábamos saboreando el silencio.
Y a las 7 volvieron a arrancar, más calmados, pero siguiendo con las voces. Qué energía trae la nueva generación, podrían usarla para meterse el dedo por el culo hasta reventar.
(Hubo que volver a escapar de casa, claro).

domingo, 16 de noviembre de 2008

....y ahora algo totalmente diferente

Anoche mi novia regresa a casa y me llama porque no se atreve a subir por la escalera. Hay un hombre tirado, roncando, bloqueando el paso en la primera planta. Duerme junto a un pequeño charco de vómitos.
Yo me había quedado en casa, disfrutando la gripe, y estando tumbado podía oír unos fuertes ronquidos, que, pensé, debían venir del patio interior del edificio. Pero no pensé que se debiesen a semejante estampa.
La nacionalidad del bello durmiente era la misma que la de unos vecinos del primero, así que tampoco es que nos asustásemos mucho, imaginándonos algún incidente tipo pérdida de llaves/bronca de pareja, ambos posibles bien regados por el alcohol.
Era más el detalle del vómito y los sonoros ronquidos lo que le ponía el punto curioso a la situación. Mientras mi novia pasaba por encima de él, no pude evitar empezar a reír.
Ya en casa, pensé en sacar una foto y ponerla en el blog, pero con la gripe no andaba muy animado. No creo que el tipo se hubiese despertado: se le veía tan a gusto tirado, la mancha al lado (de un rojo sangría), los brazos completamente desplegados y los poderosos ronquidos llenando la escalera, que podría haberle hecho todo un book sin problema.
Los otros vecinos, para llevar la contraria, han estado tranquilitos, aunque sospechamos que pueda deberse a un sobre que alguien les dejó pegado a la puerta de la casa, hace dos semanas ya.
Desde entonces apenas se les ha oído, algún brote esporádico de risas a las 3 de la mañana, pero nada especialmente molesto. Ojalá sea por culpa de ese sobre, que la comunidad de vecinos les haya dejado una nota como la que nos dejaron a nosotros en su día (por tener la tele puesta a las 4 de la tarde los sábados.....esa también es buena, a ver si escaneo la nota y la subo).

Leí ayer un artículo muy interesante en viruete.com sobre los blogs, por qué se crean y por qué se cierran.....y pensé en por qué escribía yo.
Supongo que por desahogo, y, esperando que la situación no se vuelva dramática, para echarme unas risas algún día con mis amigos al enseñarles esto.
Pero, dentro del deleite onanista que supone llevar un blog, no puedo evitar querer escribir sobre algo más, aparte de para mostrar mi maravillosos mundo interior, para recuperar algo de callo con la escritura.
Ya veremos.

Pero que los vecinos sigan sin desvelarme, por favor.
Y a vomitar al baño, guarretes.