domingo, 24 de mayo de 2009

Poco duró

Este blog ya no tiene mucho sentido.
Con la ruptura vino el alejarse de esa casa.
Pero al menos un final: fue curioso mientras duró.

martes, 30 de diciembre de 2008

Feliz Navidad Bichos

Se acaba el año y mira, despierto a las casi 3 de la mañana sin ser por culpa de los majos de abajo. Más bien el Frost/Nixon de Ron Howard que no se acaba de bajar, el cabrón.
Aparte del hecho de que he huído unos días de Madrid.
Me pregunto qué nos dejarán bajo el árbol los Reyes Magos de parte de mis amables vecinos para el 2009: ¿más juerga aún?, ¿tocará una época de reflexión y de agarrarse los machos ante la crisis y no saldrán a los bares y celebrarán las juergas en casa todos los días (hijoputas)?, ¿cuántos momentos inoportunos elegirán para darnos una noche ruidosa?, ¿es el momento de pensar en comprar armas?.


Qué emoción, qué ganas de volver a ese edificio en el que Lovecraft hubiese basado alguno de sus cuentos si lo hubiese conocido. "El Terror que vino del Tercero Derecha" o algo así lo hubiese llamado, y hubiera tratado sobre las aparentes alucinaciones auditivas de un artista, que intenta convencer al resto del edificio de que por las noches oye a un demonio/ ser espectral/ monstruo primigenio rondando por las escaleras, reclamándole para unirse a su ballet infernal más allá de esta dimensión. Naturalmente nadie le cree, sería un corte de rollo el que los otros vecinos empezaran a decirle: "Ah sí, nosotros también lo oímos, póngase tapones"

El artista intenta resistirse, cada noche se esconde atemorizado bajo las mantas, incapaz de huir del edificio (a dónde? no tiene dinero para pagar un alquiler mejor, intenta ganarse la vida como pintor pero su obra es bastante insulsa....)
Finalmente, los cuadros que pinta, surgiendo ya de su mente desquiciada, son tan de otro mundo que logra vender alguno, pero para entonces ya se ha esfumado hasta el último resto de cordura de su pobre psique y cada noche se une al aquelarre cósmico al que le llevaba la criatura, preferiblemente con un pase VIP para entrar a Pachá o la Space...
(las negritas serían de Lovecraft, no mías)
Santo Howard Phillips, protégeme este año de esos horrores que aún no tienen nombre y que están por venir.

domingo, 23 de noviembre de 2008

¡Es una fies... es una fies...es una fiesta!


Hay un capítulo de Spaced, el 1.06, en el que los protagonistas se van a una rave. Parte del capítulo está grabado con ese estilo que caracterizaban a las apariciones del Neng en Buenafuente, zooms exagerados, desenfreno y chunta chunta a saco (de hecho me pregunto si el Neng en sí mismo no es un homenaje a ese capítulo y al personaje de Tyres).
Bueno, pues así nos sentíamos ayer por la mañana.
Despertar un sábado a las 8 menos algo de la mañana, con tus vecinos de abajo recién llegados de fiesta, poniendo música chunda chunda, no es la forma más bonita de empezar el fin de semana. De hecho, puede ponerte de una mala hostia que dure tooooodo el día (y así fue). Qué enegía, qué voces, qué poder emanaba de esa casa llena de jóvenes en estados alterados, qué tranquilas quedaron sus madres cuando se fueron de casa.
¿Y qué ibas a hacer?. A partir de esa hora ya es legal meter jaleo, ¿no?.
Y vaya si lo metieron.
Cuando salimos de casa, a eso de las 12, ya íbamos de los nervios. Y a pesar de estar justo al lado de una plaza muy transitada, nos parecía, por contraste, silencioso. Nunca había agradecido tanto salir a la calle en Madrid. Qué silenciosos parecen los coches después de un buen chun-chun-chun acompañando a tu desayuno.
Cuando regresamos sobre las 4 de la tarde estaba todo en silencio, por fin, las bestias se habían dormido o se les había acabado las drogas.
Ya estábamos saboreando el silencio.
Y a las 7 volvieron a arrancar, más calmados, pero siguiendo con las voces. Qué energía trae la nueva generación, podrían usarla para meterse el dedo por el culo hasta reventar.
(Hubo que volver a escapar de casa, claro).

domingo, 16 de noviembre de 2008

....y ahora algo totalmente diferente

Anoche mi novia regresa a casa y me llama porque no se atreve a subir por la escalera. Hay un hombre tirado, roncando, bloqueando el paso en la primera planta. Duerme junto a un pequeño charco de vómitos.
Yo me había quedado en casa, disfrutando la gripe, y estando tumbado podía oír unos fuertes ronquidos, que, pensé, debían venir del patio interior del edificio. Pero no pensé que se debiesen a semejante estampa.
La nacionalidad del bello durmiente era la misma que la de unos vecinos del primero, así que tampoco es que nos asustásemos mucho, imaginándonos algún incidente tipo pérdida de llaves/bronca de pareja, ambos posibles bien regados por el alcohol.
Era más el detalle del vómito y los sonoros ronquidos lo que le ponía el punto curioso a la situación. Mientras mi novia pasaba por encima de él, no pude evitar empezar a reír.
Ya en casa, pensé en sacar una foto y ponerla en el blog, pero con la gripe no andaba muy animado. No creo que el tipo se hubiese despertado: se le veía tan a gusto tirado, la mancha al lado (de un rojo sangría), los brazos completamente desplegados y los poderosos ronquidos llenando la escalera, que podría haberle hecho todo un book sin problema.
Los otros vecinos, para llevar la contraria, han estado tranquilitos, aunque sospechamos que pueda deberse a un sobre que alguien les dejó pegado a la puerta de la casa, hace dos semanas ya.
Desde entonces apenas se les ha oído, algún brote esporádico de risas a las 3 de la mañana, pero nada especialmente molesto. Ojalá sea por culpa de ese sobre, que la comunidad de vecinos les haya dejado una nota como la que nos dejaron a nosotros en su día (por tener la tele puesta a las 4 de la tarde los sábados.....esa también es buena, a ver si escaneo la nota y la subo).

Leí ayer un artículo muy interesante en viruete.com sobre los blogs, por qué se crean y por qué se cierran.....y pensé en por qué escribía yo.
Supongo que por desahogo, y, esperando que la situación no se vuelva dramática, para echarme unas risas algún día con mis amigos al enseñarles esto.
Pero, dentro del deleite onanista que supone llevar un blog, no puedo evitar querer escribir sobre algo más, aparte de para mostrar mi maravillosos mundo interior, para recuperar algo de callo con la escritura.
Ya veremos.

Pero que los vecinos sigan sin desvelarme, por favor.
Y a vomitar al baño, guarretes.

sábado, 18 de octubre de 2008

Han vuelto....

....y es viernes noche
La chica debe ser nueva en la ciudad, aparte de por su marcado acento gallego, por no saber cómo llegar a La Riviera, como está gritando para que nos enteremos todo el edificio.
El Martes se trajeron unos amigo a casa y estuvieron hasta las 3 y pico de la mañana de cachondeo, despertaron a mi chica, pero consiguió volver a dormir.
El Miércoles fue divertido: a eso de las once y media intentan forzar nuestra puerta, el tipo se equivocó de planta. Lo sorprendente fue el método: al ver que no encajaba la llave...¡¡a empujar la puerta!!, ¡a darle ostias!. Mi chica se levanta asustada, a ver qué pasa, miramos por la mirilla y ya está el tipo bajando las escaleras, no llegamos a verle la cara.
Ella regresa sobre la una y media de la mañana, y está hasta las dos y pico contándole historias varias, mientras el se ríe de esa manera que ya conté antes. No creo que ni el TIBURÓN de James Bond se pudiese reír así.
No sé cuánto se alargó el tema esa noche, porque caí rendido.
Ayer estuvieron tranquilos, increíble, excepto por esa costumbre de dar portazos a las once y media de la noche, lo cual, en esta coyuntura, sería hasta de agradecer, si los diesen para irse por ahí.
Hoy han llegado hace 10 mins, y ella, voz desgarrada, le explica a él que no sabe llegar a La Riviera, por lo visto alguien le ha dicho de quedar allí y le debe suponer un trauma llegar desde el Metro.
Madre mía Premio Nobel. Supongo que preguntar a la gente ni se lo plantea, le dará vergüenza mirar a seres humanos a la cara, es loq ue tiene parecer que has salido de la jungla.
Me da miedo perder perspectiva, pensar que me vuelvo gruñón, que no meten tanto ruido, pero mi chica es capaz de seguir sobando mientras entro en el cuarto, me choco con la cama, enciendo una luz, cojo unos auriculares y me voy al salón. Que el sueño ligero no lo tiene, quiero decir, así que sí deben meter ruido.
¿Qué les pasa a estos pavos?.
Si no se les hubiese dicho nada, entiendo que fuesen alegremente inconscientes del ruido que hacen y de las molestias que ocasionan, pero no es así.
Hoy también se han traído compañía, así que a menos que se vayan a tomar por culo, aquí los vamos a tener.
Mientras no la despierten a ella me da igual, yo me duermo tarde, pero ha llegado cansada del trabajo (desde las 7 de la mañana), y necesita descansar.
Qué paciencia, madre mía, qué paciencia....ahí debe haber algo de consaguineidad, fijo.
Y siguen con el trauma de la discoteca, que no deben saber llegar o algo.
Estoy por llevarles, a ver si se pierden.

martes, 7 de octubre de 2008

¿Por qué...?

Madrugada y desvelado.
Los nuevos vecinos se mudaron al edificio hace un mes, y no he parado de pensar en ellos.
Más bien en sus padres, y en las madres que los parieron, tanto al tío que ríe como una hiena como a la niñata maleducada.
Me acuerdo de ambos por las noches, cuando Madrid, por fin, guarda algo de silencio, y uno se puede sentar a escribir, y una risa de hiena (estoya lo he dicho, creo), y unos gritos, y unos pasos de tacones que de tan cerca que suenan podrían agujerearme el pie, se encargan de jorobarme el momento.
Acabo de pasar la treintena y ya me obligan a pensar como un viejo: "malditos niñatos".
Hoy se lo he pedido amablemente. He bajado, he llamado al timbre ("es la 1:30, quién puede ser" deben haber pensado) y me han mirado a través de la mirilla, sin abrir la puerta.
Les pido que bajen el volumen, y me dice, ella, que no están hablando TAN alto. Le respondo la última frase que acaban de vociferar, y me cierra la mirilla.
He intentando sonreír todo el rato, de buen rollo, del buen rollo de "yo también me corrí fiestas hace unos años, estando compartiendo piso en madrid, cuando era camarero (e igual de gilipollas que vosotros, pero esto no lo voy a expresar con la cara, aunque me gustaría)". Pero ir de buen rollo no parece servir de nada, porque ahí siguen.
Se siguen riendo, claro, ella acaba de gemir como una mula, y él vuelve a reírse como si no hubiese aire en este planeta suficiente para llenar su bocaza. Además, ellos o sus amigos andan por la casa como si les faltase la coordinación motora aparte de la cerebral.
Mi chica se ha despertado hace un rato, y se tiene que levantar para ir al trabajo a las 5 y 30.
Esto lleva un mes así, de días intermitentes con gilipollez contínua.
Miro opciones en la red, qué consejos dan, qué vía legal hay, pero..... ¿quién quiere tener mal rollo en su casa?. El día ya es bastante complicado como para liarse a quejas, llamar a la Policía Municipal y demás.
Dar con una solución tranquila no parece fácil...
¿Por qué dejan a animales vivir en los mismos edificios que a personas?
Que parezcan humanos no debería ser suficiente razón. Los monos parecen humanos y mira, al zoo.
¿Quizá dejándoles unos plátanos en el buzón se calmen?