sábado, 18 de octubre de 2008

Han vuelto....

....y es viernes noche
La chica debe ser nueva en la ciudad, aparte de por su marcado acento gallego, por no saber cómo llegar a La Riviera, como está gritando para que nos enteremos todo el edificio.
El Martes se trajeron unos amigo a casa y estuvieron hasta las 3 y pico de la mañana de cachondeo, despertaron a mi chica, pero consiguió volver a dormir.
El Miércoles fue divertido: a eso de las once y media intentan forzar nuestra puerta, el tipo se equivocó de planta. Lo sorprendente fue el método: al ver que no encajaba la llave...¡¡a empujar la puerta!!, ¡a darle ostias!. Mi chica se levanta asustada, a ver qué pasa, miramos por la mirilla y ya está el tipo bajando las escaleras, no llegamos a verle la cara.
Ella regresa sobre la una y media de la mañana, y está hasta las dos y pico contándole historias varias, mientras el se ríe de esa manera que ya conté antes. No creo que ni el TIBURÓN de James Bond se pudiese reír así.
No sé cuánto se alargó el tema esa noche, porque caí rendido.
Ayer estuvieron tranquilos, increíble, excepto por esa costumbre de dar portazos a las once y media de la noche, lo cual, en esta coyuntura, sería hasta de agradecer, si los diesen para irse por ahí.
Hoy han llegado hace 10 mins, y ella, voz desgarrada, le explica a él que no sabe llegar a La Riviera, por lo visto alguien le ha dicho de quedar allí y le debe suponer un trauma llegar desde el Metro.
Madre mía Premio Nobel. Supongo que preguntar a la gente ni se lo plantea, le dará vergüenza mirar a seres humanos a la cara, es loq ue tiene parecer que has salido de la jungla.
Me da miedo perder perspectiva, pensar que me vuelvo gruñón, que no meten tanto ruido, pero mi chica es capaz de seguir sobando mientras entro en el cuarto, me choco con la cama, enciendo una luz, cojo unos auriculares y me voy al salón. Que el sueño ligero no lo tiene, quiero decir, así que sí deben meter ruido.
¿Qué les pasa a estos pavos?.
Si no se les hubiese dicho nada, entiendo que fuesen alegremente inconscientes del ruido que hacen y de las molestias que ocasionan, pero no es así.
Hoy también se han traído compañía, así que a menos que se vayan a tomar por culo, aquí los vamos a tener.
Mientras no la despierten a ella me da igual, yo me duermo tarde, pero ha llegado cansada del trabajo (desde las 7 de la mañana), y necesita descansar.
Qué paciencia, madre mía, qué paciencia....ahí debe haber algo de consaguineidad, fijo.
Y siguen con el trauma de la discoteca, que no deben saber llegar o algo.
Estoy por llevarles, a ver si se pierden.

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